“TENEMOS QUE RECONSTITUIR LA DOCENCIA BAJO NUEVAS REGLAS”
En lo que fue una de las exposiciones magistrales del II Congreso Internacional
Educación e Inclusión desde el Sur, el emérito y destacado investigador Ángel Díaz
Barriga concentró no sólo los momentos de mayor atención del auditorio docente, sino
probablemente los aplausos más sostenidos tras su brillante disertación.
Díaz Barriga ha puesto el ojo de sus investigaciones y estudios en ámbitos como la
didáctica, la evaluación educativa y el campo del curriculum en base a las prácticas
docentes, pero posiblemente es uno de los observadores más agudos acerca del rol
docente en el aula, así como de lo que sucede dentro de ella.
Toda su charla estuvo sostenida con permanente afirmaciones y pensamientos
contundentes, incluso sobre aquellos aspectos en los que dejó planteadas algunas
dudas propias de estos tiempos.
Como consecuencia de muchas de sus conclusiones, Díaz Barriga se pronunció por
“reconstruir la docencia en el siglo XXI, es decir, pensar de alguna forma que el tipo de
docencia que ejercemos llegó a un punto de crisis y tiene que volverse a plantear bajo
nuevas reglas”. “Hay que reconfigurarla, reconstituirla”, sentenció.
Describió que “los sistemas educativos están siendo invadidos por modelos pedagógicos
de corte eficientista, es decir, la escuela vista desde el modelo de producción de una
fábrica”, y que ese “es un concepto que se va incorporando lentamente en la cabeza de
la sociedad, de las autoridades educativas y de los padres de familia, en forma de falta
de eficiencia escolar”, por lo cual “se fracasa cuando no se alcanzan los resultados
esperados”.
Aseveró también que “estamos frente a una noción nueva de ciudadanía porque ya no
somos ciudadanos de las naciones en las que habitamos, sino del mundo; y en ese
contexto se está buscando que la escuela formule una ciudadanía global”.
Pero, al pararse frente a la realidad de la educación en las escuelas, el investigador
subrayó que “antes los padres estaban del lado del docente. Hoy los padres están del
lado del alumno y esto es un conflicto porque se la ha quitado autoridad al docente, por
parte de los padres y por parte del Estado, que determina como fracaso una evaluación
al alumno con resultados deficientes y responsabiliza de eso al docente”.
Sostuvo como corolario de eso que “no estamos en la mejor etapa de aprendizaje de los
alumnos porque es probable que estemos en una transición entre conocimientos
escolares y saberes que desarrollan los estudiantes, los que no confluyen, sino por el
contrario, se distancian”.