INTERES GENERAL
“Si te vas con tu papá acá no venís más”: el testimonio de famosos que de niños sufrieron alienación parental
“Yo estaba con uno y me hablaba mal del otro”; “me dijeron que mamá estaba muerta”; “me decían que mi padre era el lobo”; “procuraba no mostrar que también quería al otro para que no se enojaran conmigo”. Damián De Santo, Cecilia Dopazo, Roly Serrano y Gastón Recondo cuentan su padecimiento infantil por la guerra que se libraron sus padres con ellos como rehenes
Son relatos impactantes y al mismo tiempo conmovedoras historias de resiliencia. En ellos no hay rencor ni odio. Hay perdón y comprensión, al punto que por momentos parecen ellos los adultos en relación a padres que no fueron capaces de medir el daño que les estaban causando. Por eso el mensaje final es la esperanza.
La esperanza de que de una vez por todas los responsables de estos procesos comprendan que los Juzgados de Familia están desbordados de expedientes, que deben ser dotados de más herramientas para poder responder a estos conflictos intrafamiliares con algo más que perimetrales y medidas cautelares que luego se vuelven eternas resultando en la obstrucción del vínculo de un menor con uno de sus progenitores por años. Algo inaceptable pero que se está volviendo moneda corriente.
Esperanza de que los jueces comprendan que sus decisiones repercuten en menores para los cuales el tiempo tiene una intensidad muy diferente a la de los adultos.
Los testimonios -grabados y producidos por Pablo Mangiarotti para la asociación Infancia Compartida y de los que aquí se muestran extractos- interpelan a quienes niegan estas realidades. “Pónganle el nombre que quieran, pero existe”, dice Gastón Recondo, en relación a la “alienación parental”. De niño, él se negó a ver a su padre para contentar a su madre, por miedo a ser rechazado o reprendido por ella.
De los relatos se desprende la forma en que un niño termina asumiendo el discurso de la madre o del padre obstructor del vínculo del hijo con su ex pareja.
Damián De Santo cuenta con lágrimas en los ojos que cuando se reencontró con su padre después de más de 10 años sin verlo le pidió perdón: “Lamento haberte herido de chico si en un momento dije que no te quería ver...”
“Existe la manipulación infantil”, afirma Cecilia Dopazo que recién de adulta pudo valorar en toda su dimensión la lucha de su padre por no perder el vínculo con ella. “Hoy le estoy muy agradecida, porque aunque era un papá que yo no quería ver, de grande lo valoré un montón: tuve un papá que me quiso y la peleó”.
Roly Serrano no supo hasta los 15 años que era mentira que su madre había muerto. Se reencontró con ella a los 30. Se declara curado de todo ese padecimiento. “La gente que no puede curarse causa daño y daña a un niño que a futuro puede cometer los mismos errores”.
Gastón Recondo volverá a dar testimonio el martes 15 de marzo en la Legislatura, en el marco de un evento sobre estas problemáticas [ver más información al pie de esta nota].
GASTÓN RECONDO: “YO ESTABA CON UNO Y ME HABLABA MAL DEL OTRO”
“Yo procuraba no mostrar que también quería al otro porque mi sensación era que se podían enojar conmigo. Cuando estaba con mi mamá trataba de no decirle que lo había pasado bien con mi papá. Y al revés. Siempre estaba tratando de que no se la agarraran conmigo por las diferencias que tenían entre ellos”, dice el periodista deportivo Gastón Recondo, hoy de 48 años.
Sus padres tenían criterios diferentes de cómo colocar los cubiertos en la mesa, entonces él tenía que estar muy atento para recordar la regla de cada casa. “A ese nivel de concentración tuve que llegar para que ninguno de los dos dijera ‘está ganando el otro’”, dice Recondo que afirma no tener ningún recuerdo de un diálogo amable entre sus padres. “Pasé a ser una suerte de botín”, recuerda.
Era muy chico cuando ellos se separaron y empezaron a librarse una guerra continua a través del hijo. “Yo estaba con uno y me hablaba mal del otro. Perdían de vista que me podían estar haciendo daño”.
“Con 10 años recién cumplidos me animé a decirle a mi papá que no lo quería ver. Venía con una asistente social y yo me negaba a verlo. Iba a la puerta del colegio y yo me escabullía por detrás. Un día vino la policía a casa. Nos fuimos, nos encerramos diez días en casa de unos amigos”, cuenta.
De ahí, fueron a una audiencia en Tribunales. “El juez me dijo que me iba a vivir con mi padre. Fuimos a comer a Pipo y en la mitad del almuerzo recuerdo que me pregunté por qué estuve un año sin verlo si yo no sentía rechazo hacia él”.
“Ponele el nombre que quieras (a la alienación parental), pero existe. Ningún chico quiere ver sufrir a su madre. Te enojás con quien la hace llorar. Así te impregnan de un sentimiento que no es tuyo. ¿En quién vas a confiar más en la vida que en tu mamá y tu papá? En la adolescencia aprendés a desconfiar y de grande aprendés a quererlos de vuelta, pero en la infancia mamá y papá son tus héroes y si tu mamá te dice algo, nunca suponés que te puede estar mintiendo”.
Después de un año de estar con su padre, éste le devolvió la tenencia a la madre y las cosas se aplacaron un poco. Pero él encontró entonces contención en otro lado: “Mi rescate fue la parroquia, mi hogar, mi red”.
Recondo tiene cinco hijos de dos matrimonios. Los previene: “Si te dicen ‘esto en casa no lo cuentes’, es indicio de que algo anda mal”.
Retrospectivamente dice que le hubiera gustado que el juez lo escuchara a él delante de sus padres. “Eso nunca pasó. El juez nunca habló conmigo. Que dijera ‘vamos a ayudar a esta mujer’ pero sin extirparlo a él”. Y recrimina: “La justicia se saca los temas de encima, pero lo que se está sacando de encima son personas”.
“Lo que no puede pasar es que no haya consecuencias por la falsa denuncia”, reflexiona, en relación a los muchos casos de obstrucción de vínculos que hay en tribunales.
“Cuando cumplí 21 años, hice una cena en un restaurante y les dije a mis padres: ‘es increíble que se hayan tomado 18 años para sentarse juntos’”.
DAMIÁN DE SANTO: “CUANDO TE PREGUNTEN POR TU PAPÁ, VOS DECÍ QUE SE MURIÓ”
“Cuando te pregunten por tu papá decí que falleció, que no está más, que se murió”, fue la instrucción que le dio su madre luego de la separación. “Vos no te podés plantar frente a tu mamá y decirle yo tengo papá y lo quiero ver, o frente a una asistente social y un juez de menores... te decís acá meto la pata y le voy a arruinar la vida a uno de los dos, pero bueno, prefiero arruinarle la vida al que no está viviendo conmigo, al que no me da techo, comida”, cuenta el actor Damián De Santo, evocando los sentimientos que, cuando tenía apenas 7 años, lo impulsaron a decirle a su padre que no quería verlo más.
Sus padres se separaron cuando él tenía 6 años y su hermano mayor 10. “Entre ellos había mucha agresión verbal. Mi vieja se ponía muy violenta. Él no le pegaba pero sí vi forcejeos cuando intentaba contenerla y que no gritara, porque ella abría la ventana y sacaba el escándalo a la calle. Era tremendo.”
Esas peleas siguieron en la vereda, cada vez que el padre venía a buscar a Damián y a su hermano. La madre los amenazaba: “Si ustedes se van con su papá no vienen más”. Un día, cansado de que ella no lo autorizara a viajar con los chicos, entonces de 7 y 11 años, el padre los buscó en la escuela y se los llevó una semana a Cataratas. De regreso, los dejó en la puerta de la casa y se fue, pero la madre no les abrió. Cuando se hizo de noche, tomaron un taxi y fueron a casa del padre.
“El conflicto era tan grande que mi hermano y yo le dijimos a papá que no viniera más”, recuerda. Su hermano lo veía igual, pero él no se animó. ”Eso a una criatura que está desprotegida… lo que hace es que donde vivís tomás toda esa realidad y creés que no existe otra”.
Se le cierra la garganta y se le llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda los esfuerzos de su padre por estar con él: “Mi papá, que era contador, laburaba en el centro pero se tomaba un cafecito en la esquina de casa y cuando me veía salir me seguía con el auto, me veía entrar al colegio y se iba a trabajar. Ahora que soy padre... es fuerte, difícil de digerir y entender cómo se puede llegar a una situación así”.
Y las lágrimas vuelven cuando cuenta el reencuentro: “No lo vi durante casi 12 años. A los 17, casi 18, yo salía del colegio, y veo a mi viejo parado en la salida, me acerqué... (hace una pausa porque las palabras no salen) y casi se arrodilla ante mí, y yo le dije ‘levantate, tranquilo, yo sé todo…no te preocupes, lamento haberte herido de chico si en un momento dije que no te quería ver, necesito retomar la vida con vos’. Y la retomamos…”
Le dije a mi madre que estaba viendo a mi viejo: “Lo voy a disfrutar muy a pesar tuyo, lamento si te fue mal con él pero es mi papá”.
“Cuando mi mamá murió de cáncer, él estuvo ahí. Estuvimos los dos, él y yo, cuando se murió. Nueve meses después, él murió en un accidente de tránsito. En un año perdí a mis dos viejos. Separados 30 y pico de años para morirse casi juntos…”, dice con triste ironía.
Él también explica en palabras sencillas eso que tantos profesionales que deben intervenir en estos casos se niegan a ver: “Esto es fácil, vos le decís a un pibe que su papá ya fue, que se terminó, nos abandonó, nos robó, se fue con otra mujer para hacer otra familia, listo, no lo quiero ver más. Listo, no es muy difícil. Entonces lo empezás a ver con los ojos de ella”.
“Agradezco que él haya reaparecido en mi vida, porque volví a tener un papá y dejé de tener la responsabilidad que tuve por mucho tiempo de ese rol que me dieron que no era mío”, reflexiona. Ahora se pregunta con qué derecho los jueces toman tan ligeramente decisiones que tienen pesadas consecuencias. “Para el juez es una frase: no podés ver a tu hijo. Necesitamos gente capaz y con pelotas. Un juicio laboral o por accidente es más rápido que uno de familia. Porque hay plata de por medio. El tiempo sana pero son tiempos demasiado largos. 12 años de impasse.”
Pese a todo, concluye: “Doblemente orgulloso estoy, del viejo y de mí.”
DEBATE EN LA LEGISLATURA: IMPEDIMENTO VINCULAR COMO MALTRATO INFANTIL
Los testimonios publicados en esta nota son parte de una serie de entrevistas producidas por la ONG Infancia Compartida, que pueden verse completas en el canal de youtube de esa asociación, bajo el título “Atrapados”. Los videos exponen la problemática del impedimento de contacto, la interferencia parental y las fallas de los procesos judiciales de familia en nuestro país. El próximo martes, 15 de marzo, a las 11 hs, Gastón Recondo volverá a dar testimonio, esta vez en el Salón Montevideo de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en una mesa sobre “Impedimento vincular como forma de maltrato infantil y violencia psicológica” que también reunirá a Mariana Vázquez, psicóloga, Fátima Silva, abogada, y Mauricio Luis Mizrahi, ex Juez de Cámara.
“Porque es a través de los vínculos que se construye la Identidad”, y por lo tanto “vulnerar vínculos es vulnerar identidades”, dicen los organizadores.
Los cupos para asistir son limitados por lo que hay que inscribirse en este correo: [email protected]