Anoche, el Senado de Argentina rechazó el proyecto de ley de Ficha Limpia, que buscaba impedir que quienes tengan condenas confirmadas en segunda instancia por delitos de corrupción puedan ser candidatos a cargos públicos nacionales. La iniciativa, impulsada por el gobierno de Javier Milei, recibió 36 votos a favor y 35 en contra, quedando a un voto de la mayoría necesaria para su aprobación, que era de 37 votos.

El resultado fue decisivo y sorpresivo, principalmente por la marcha inesperada de los senadores de Misiones, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut del Frente Renovador, que inicialmente habían manifestado apoyo, pero finalmente votaron en contra sin participar en el debate. Su cambio de postura, junto con el rechazo del kirchnerismo, fue clave para que la ley no avanzara.

La norma buscaba modificar las reglas de elegibilidad y bloqueaba a aquellos con condenas en segunda instancia por delitos relacionados con la administración pública, incluyendo delitos de corrupción, cohecho, tráfico de influencias y otro conjunto de delitos graves. Sin embargo, la falta de definición en algunos tipos de delitos y algunas críticas previas generaron controversias y debates que, finalmente, no lograron convencer a la mayoría del Senado.

Este rechazo tiene implicaciones importantes para las próximas elecciones, puesto que Cristina Kirchner, en medio de una estrategia electoral, continúa en carrera por un cargo, salvo que decida postularse en una provincia. La votación reflejó una polarización y ciertos cambios en las alianzas que marcarán el escenario político en los meses venideros.