El titular de Estancia Las Violetas propone un sistema RAS totalmente en tierra, sin impacto marino, mientras se intensifica el debate legislativo sobre la salmonicultura. Apunta a la falta de información y busca inversores locales para un modelo productivo integrado.

La discusión por la salmonicultura volvió a tensar el clima político en Tierra del Fuego, pero en paralelo surge un proyecto que se desmarca del conflicto: un sistema de cría de salmón en tierra, sin jaulas marítimas ni impacto en el ecosistema costero. La iniciativa pertenece a Sulko Romero, responsable de Estancia Las Violetas, quien plantea un modelo RAS (Recirculación Acuícola en Tierra) con tratamiento cerrado de agua.

Romero explicó que su propuesta “no toca el mar, es como tener una pecera gigante bajo tierra”, y remarcó que el sistema funciona con piletas profundas, agua salada que ingresa naturalmente, monitoreo permanente y una planta de tratamiento que convierte los residuos en abono. “Es un circuito cerrado, sin contaminación costera”, afirmó.

A diferencia del modelo prohibido en el Canal Beagle, este proyecto se alinea con las tecnologías que avanzan en países nórdicos. Romero también destacó que busca una inversión distribuida entre actores locales, desde pequeños ahorristas hasta empresarios de Río Grande, para que el desarrollo “sea completamente fueguino”.

El plan incluye faena, cámaras frigoríficas, elaboración de alimento balanceado y, a futuro, la producción propia de alevinos. Todo dentro de la estancia, para garantizar un circuito productivo integrado.

Romero evitó confrontar abiertamente, pero cuestionó la falta de rigor en el debate: “Hay gente que opina sin saber. Dicen que no genera empleo, pero no conocen cómo funciona un sistema en tierra”. Aclaró que su proyecto no requiere autorización legislativa, aunque reconoce que el clima político “influye en la llegada de inversores”.

A modo de ejemplo, citó el criadero de trucha de Piedra Buena, que hoy exporta toda su producción. “Si un municipio puede sostener un sistema rentable y sin impacto ambiental, ¿por qué Tierra del Fuego no podría hacerlo en tierra?”, planteó.