SOCIALES
LA LUCHA CONTRA EL ABUSO INFANTIL TIENE PAÑUELO Y ES DE COLOR AMARILLO
La lucha contra el abuso infantil tiñe los pañuelos de color amarillo, tono que eligieron para echar algo de luz en la vida de los niños abusados sexualmente.
Los primeros pasos para iniciar la Fundación Pañuelos Amarillos los dieron cinco amigas que se sensibilizaron y empatizaron con las historias de muchas madres de niños que habían padecido abusos y no tenían herramientas para acompañar a sus hijos en ese doloroso y largo proceso.
“Se fue sumando muchísima gente. Hoy algunos abogados mandan a víctimas para hablar con nosotras porque hay un vacío. Los abogados y los psicólogos no llegan a dar la contención necesaria durante todo el proceso judicial. La mamá cuenta lo sucedido en la familia, pero no es agradable y muchas veces eso violenta a los otros y no puede hablarlo”, explica desde la provincia de Tucumán la abogada Colomba María José Nasca, referente de Pañuelos Amarillos.
Esta fundación tiene entre sus objetivos: darles apoyo, amor y paz a las víctimas y familiares de abuso, la lucha por el reconocimiento del hecho aberrante como política de Estado y que los niños, presas del Poder Judicial, tengan otra posibilidad.
Esta iniciativa además tiene como bandera, visibilizar el pacto de silencio con la sociedad donde el abusador no es el excluido, sino que obliga a la víctima a romper todos sus lazos, ya sea por vergüenza, maltrato o falta de apoyo social y familiar.
"La actuación del Poder Judicial -agrega Colomba- no tiene en cuenta el trato adecuado ni al menor víctima ni a la mujer que fue abusada durante la primera etapa investigativa". Ante esta necesidad, aparecen los “Pañuelos Amarillos”, que son en su mayoría madres de víctimas o víctimas que ya cumplieron la mayoría de edad.
“Nos contactamos con familias protectoras de Santiago del Estero y armamos una red donde nos apoyamos también desde Catamarca y Río Negro, donde también trabajan en la misma dirección”, añade la letrada.