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La Contratapa TDF » Nacionales » 11 sep 2019

LO REVELÓ LA UBA

ALERTAN SOBRE UN PELIGRO DE TSUNAMI EN NEUQUÉN

Podría originarse a raíz de un desmoronamiento de la ladera cordillerana que produzca un tsunami que afecte a Villa Traful


Un estudio realizado por investigadores del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), reveló que el bosque sumergido, uno de los principales atractivos turísticos de Villa Traful, Neuquén, pertenece a un segmento de pared montañosa que se desplaza hacia el fondo del lago hace 80 años.

 

Según advierten los geólogos que vienen estudiando el área, podría producirse un desmoronamiento de esa pared con alto riesgo de que se produzca un tsunami que afecte a la villa cordillerana.

 

“El bosque sumergido es parte de un deslizamiento amplio del borde de la ladera del cerro, que está hundiéndose en el lago en forma acelerada, según el monitoreo que hemos realizado a lo largo de los últimos ocho años”, afirma Andrés Folguera, investigador en el Departamento de Ciencias Geológicas de Exactas UBA. Y destaca: “Si se desmorona, se podría generar un tsunami, y los tsunamis en lagos pueden generar olas de decenas de metros de altura”, según publica el sitio NeX ciencia, de la subsecretaría de Comunicación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

 

El bloque de roca en cuestión mide unos tres kilómetros de ancho y diez de largo y, según los cálculos realizados, se está desplazando a unos 36 centímetros anuales, un movimiento muy rápido que da cuenta de la magnitud del proceso.

 

“En años recientes, los pobladores de Traful observaron cambios en el frente del bosque sumergido, como ciertos desplazamientos de roca hacia el lago. Para verificar esos movimientos, realizamos tres viajes al terreno: el primero en 1995, luego en 2010 y 2017”, relató Federico Carballo, becario doctoral en Exactas UBA bajo la dirección de Folguera, y primer autor del trabajo que se publica en Journal of South American Earth Sciences.

 

En esos viajes, el investigador realizó observaciones y, a partir de conversaciones con los pobladores, pudo identificar los cambios producidos en los últimos años. Carballo señala que, en un período de 22 años, los árboles se hundieron unos ocho metros. Hay árboles que medían quince metros y están totalmente debajo del agua.

 

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