sábado 14 de diciembre de 2024 - Edición Nº3187
La Contratapa TDF » Ushuaia » 25 nov 2024

judiciales en Ushuaia

Se conocen detalles del médico condenado por Homicidio: manejaba ebrio y con la licencia vencida

“Solo pido perdón, perdón porque al ser un aliado de la justicia, de la salud y la vida, yo robé un derecho humano y es una pérdida para mí también”.


Por:
El Sureño

Estas fueron las últimas palabras pronunciadas por el médico Johan de la Barra Pardo al Tribunal de Juicio que horas más tarde lo condenó a la pena de 5 años de prisión por homicidio culposo al haber provocado la muerte de Analía Jazmín Ojeda Alvarado, en un grave incidente vial sucedido el 24 de diciembre de 2023, en la zona de la Reserva Playa Larga.

 

En el desarrollo del juicio se pudieron conocer los pormenores de un hecho fatídico provocado por la imprudencia de una persona en completo estado de ebriedad, quien no tenía permiso para conducir el auto con el cual provocó el hecho y, además, la licencia que lo habilitaba para manejar estaba vencida.

 

Lo que comenzó para Barra Pardo como una jornada de celebración, porque se había enterado que lo habían contratado para ejercer su primera guardia médica en Ushuaia, finalizó de la peor manera: Arrebatándole la vida a una joven a la que ni siquiera conocía. Ni él ni su amigo, Guido Alejandro Torres Azurduy, dueño del vehículo Toyota Corolla Cross que se estrelló contra una pieza rocosa.

 

La noche del 23 de diciembre Guido y Barra Pardo cenaron juntos en el domicilio del primero y luego de ello salieron para festejar que llegaba la Navidad; a pesar de la negativa del médico de origen boliviano quien explicó que en su país no se celebra esa festividad. Sin embargo, se dejó convencer y ambos fueron primero a un pub, para luego dirigirse a la discoteca “Living”, donde permanecieron varias horas hasta el cierre.

COMO OCURRIÓ EL FATAL ACCIDENTE 

 

Fue a la salida de la discoteca, cerca de las 6:00, que Analía Jazmín Ojeda Alvarado, Cristina Elizabet Molina y Maira Ailén Valiente se cruzaron en el destino. Las mujeres no conocían a ninguno de los dos varones, sin embargo, aceptaron subir al auto invitados por Guido.

 

Maira contó que al salir de la disco estaban intentando conseguir un remis o Uber, pero no lo lograron. Guido se ofreció a llevarlas a su casa, a lo que primero se negaron, pero después Analía se subió al vehículo primero y por ello, a las demás no les quedó otra que acompañarla y subirse también.

 

Quien siempre estuvo al volante del automóvil fue Guido. En su relato Cristina dijo que cuando iban hacia Playa Larga el conductor iba haciendo maniobras bruscas de acelerar y bajar la velocidad. Cuando llegaron hasta la Reserva todos se bajaron. En ese momento, entre Guido y Maira hubo un acercamiento de besos y tocamientos, por lo que ambos se subieron a la camioneta en el asiento de atrás, luego llegó Cristina y se acomodó en el lugar que quedaba vacío.

 

Fue ese instante, de cómo se acomodaron todos de vuelta en la camioneta, que se selló el destino fatal: Primero Analía, de mala gana, al no poder ubicarse en el asiento de atrás, no tuvo más remedio que hacerlo en el asiento del acompañante. Lo mismo le sucedió a Barra Pardo, quien se sentó frente al volante, y con el motor en marcha tuvo la mala idea de conducir.

 

Guido, al advertir que la camioneta se movía, le hizo señas a su amigo que no lo hiciera, pero no tuvo suerte. Y Barra Pardo comenzó a acelerar bruscamente, primero para poner al vehículo en orientación hacia la ciudad y luego, emprender una rápida salida que terminó con el fuerte impacto del vehículo en la roca, lo que provocó la muerte de Analía quien sufrió un trauma de cráneo grave, trauma cerrado de abdomen con ruptura hepática y la amputación del brazo derecho.

 

La pericia indica que el conductor de la Toyota Corolla Cross, a unos 384 metros de haber iniciado su conducción, desde la baliza de Escarpados, perdió el control del rodado iniciando un derrape de 105 metros, impactando en definitiva con el lateral derecho delantero del vehículo en una formación rocosa, colisión producto de la cual ocasionó la muerte de Analía.

 

El informe también abona que la camioneta iba a una velocidad aproximada no menor a los 128,3 kilómetros por hora y que el conductor tenía una graduación alcohólica de no menos de 3,03 g/l de alcohol en sangre al momento de ocurrido el hecho.

 

El Tribunal de Juicio en su sentencia desestimó lo que alegó la defensa de declarar inimputable al responsable del homicidio culposo debido a la alta graduación de alcohol que tenía, indicando que ello “generó una alteración mental severa, impidiéndole comprender y controlar sus acciones, basándose en la teoría de la conducta penal”.

 

Frente al argumento de la defensa, el Tribunal llegó a la conclusión que Johan de la Barra Pardo, al momento del hecho, comprendió en su totalidad la criminalidad de su acto y pudo dirigir plenamente sus acciones de acuerdo a tal comprensión, concluyendo que es responsable como para merecer condena.

 

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